
Sarah Baker es artista antes que perfumista, y eso se nota en cada una de sus creaciones. Fundada en Londres, su marca homónima desafÃa los códigos tradicionales de la perfumerÃa de autor con composiciones atrevidas, exuberantes y con un imaginario visual muy cinematográfico.
Sus perfumes no buscan agradar a todo el mundo, sino conectar con quienes valoran lo excéntrico, lo sensual y lo inesperado. Con colaboraciones con narices como Miguel Matos, Chris Maurice o Ashley Eden Kessler, cada fragancia es una pequeña obra de arte olfativa, con historias que huelen a glamour, a deseo, a decadencia bien entendida.
Sarah Baker Perfumes es para quienes viven el perfume como una forma de expresión, y no como un accesorio más.