Azman

Azman nació en Dubái en 2021, pero no tiene nada de la típica marca "oriental que usa oud". Su fundador, Husen Baba, venía del mundo creativo y terminó en Grasse casi por accidente, guiado por una conversación con Frédéric Malle. Allí descubrió que el perfume podía ser un territorio para experimentar y decidió crear su propio laboratorio olfativo.
Lo interesante de Azman es esa tensión deliciosa entre Oriente y Occidente: el oud está en el centro, sí, pero siempre descolocado, reinterpretado, metido en combinaciones que no deberían funcionar... pero funcionan. Husen busca ingredientes raros, a veces casi olvidados, y los mezcla con la precisión de perfumistas formados en la tradición europea. El resultado no huele a "clásico árabe" ni a "nicho francés", sino a un punto intermedio que no existe en ninguna otra parte.
Son perfumes intensos, sí, pero de una gran elegancia. Las fragancias de Azman suponen un pequeño desafío al olfato, es como si nos susurraran: ven, acércate, hay algo aquí que no has olido antes. Huelen a tensión, a contraste, a ese punto exacto donde dos mundos chocan y producen algo completamente nuevo.