Descripción

Key West es uno de los lugares más fragantes e inspiradores que conozco. Su energía es muy poderosa e influye en todos mis sentidos y emociones. Al sur de Estados Unidos, a tan solo unos kilómetros de Cuba, se encuentra este maravilloso lugar donde se balancean las palmeras y crecen las orquídeas y buganvillas. El lema de este crisol es Una única familia humana. Aquí es donde empieza mi historia con Kenyatta.

Ya había pasado varias temporadas en Key West y estaba llegando a conocer a sus paisanos. Un día el destino quiso que me cruzara con este excéntrico personaje, justo a la salida de mi café preferido en Bahamas Village. Su aspecto no podía ser más fascinante: guitarra al hombro, botas de serpiente, vaqueros ajustados, camisa negra de seda abierta en su ombligo. A eso se añadían capas de collares, pulseras y una diadema bajo su particular marca registrada: un sombrero negro con plumas. ¿Quién era ese hombre? ¿Un viejo hippie, un superviviente de Woodstock? ¿O tal vez una estrella de rock? Estaba totalmente cautivado y sabía que tenía que verlo de nuevo. Empecé a preguntar por la ciudad en busca de pistas. Unos me contaron que era un músico callejero que vivía en un barco. Otros que era un talentoso músico con una filia especial por el alcohol y las drogas psicodélicas que dormía al raso bajo un puente. Un día me crucé de nuevo con él. Había ido a comprar algo de comida a Fausto¨s  con mi hija de 3 años cuando le vi sentado en el suelo, tocando  la guitarra. Ahí estaba el misterioso  hombre de otra época y otro lugar. Inmediatamente conectamos y Kenyatta me invitó a su casa a comer al día siguiente.

Su caravana estaba en la sombría localidad de Stock Island,  una pequeña parcela de tierra al otro lado de Cow Key Channel. Hablamos de la vida, de música y de literatura. De mi herencia europea y de su vida como artista itinerante. Me intrigaron mucho los peculiares aromas de su casa. Reconocí el pachulí, el tabaco y la fragancia ahumada de la madera mezclándose con la vainilla y el cuero. Cuando se lo mencioné, me habló de un aceite de pachulí especial que usaba desde que era joven. A las chicas les encantaba, así que por qué cambiar ese ingrediente ganador, comentó entre risas. Luego se inclinó hacia mí y susurró: Pero tío, si realmente quieres saber cuál es mi especia secreta, es la hierba. La mejor es Purple Haze, pero últimamente cuesta encontrarla.

Notas de salida: Bergamota italiana, ciprés corso, acorde de cannabis, jara.